Especialidades

Pongo el foco tanto en el desarrollo y el equilibrio de las capacidades personales de los directivos, como en el desarrollo de una visión de conjunto que les haga más innovadores y sensibles a las oportunidades de influir positivamente en su entorno. También me interesa la mejora de su carisma, integridad personal, sentido institucional y capacidad de comunicación. Dentro del liderazgo pongo mucho énfasis en la creación de culturas de colaboración en las que se fomentan la confianza y la coordinación lateral.

Creo que la mejor de las estrategias es aquella que es ejecutable. Y para ello propongo articularla a través de un proceso riguroso, ilusionante y formativo en el que se involucre a los directivos que después habrán de ejecutarla. Presto especial atención a la creación de modelos de negocio que sean estructuralmente superiores a los de la competencia, y a la creación de una oficina de cambio que coordine y gestione el proceso de cambio estratégico.

Mi foco es ayudar a que las empresas familiares hagan con éxito la transición entre una etapa emprendedora, donde los fundadores han tenido un papel muy relevante en el negocio, a una etapa más profesionalizada donde el liderazgo recaiga más en un buen equipo que sea complementario en sus competencias y visión de futuro. También me centro en el buen funcionamiento de los órganos de gobierno de las empresas familiares.

Las empresas y los mercados son al final personas. Las empresas han de estar al servicio de las personas y de su mejora. Hay muchas herramientas y conceptos que ayudan a conocerlas, motivarlas, tener más foco y energía para ganar su futuro. Me gusta aportar conceptos y herramientas que simplifiquen, y por tanto ayuden, a gestionar la enorme riqueza de las personas.

Hace años ideé la teoría del Clienting, que lo único que pretende es cerrar el círculo (¡haciéndolo virtuoso!) entre captación, retención y vinculación de clientes para empujar el crecimiento orgánico. Me apasiona la mejora de la experiencia de servicio de los clientes, la creación de marcas queridas y respetadas, y los enfoques que permiten ganar la cabeza y el corazón de los mejores clientes.

En ocasiones una empresa necesita algo más que una nueva estrategia: necesita un verdadero proceso de transformación en el que, además de revisar los modelos de negocio, se revisen los modelos de liderazgo, la estructura organizativa, el cambio cultural, la incorporación de nuevo talento, etc. Las transformaciones de más éxito requieren un buen diagnóstico de lo que está pasando en la cadena de valor de la industria, la articulación de un buen proyecto de futuro, y la movilización del equipo humano alrededor de la nueva visión de la empresa. El objetivo final es hacer que las empresas sean fuertes en el mercado y estén sanas en su interior.